¿Sabes cuál es la diferencia entre plato de ducha acrílico y resina? Si estás pensando en renovar tu baño, esta es una cuestión que deberías tener en cuenta, ya que influye en la calidad, el diseño y el mantenimiento de tu plato de ducha. Ambos cuentan con increíbles características, pero también con algunas ventajas e inconvenientes que te encantará conocer antes de tomar una decisión que tenga que ver con la reforma de tu cuarto de baño. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo y te lo contamos todo!
¿Plato acrílico o plato de resina? Conoce las diferencias
Para decidir entre plato de ducha resina o acrílico es necesario que conozcas las diferencias entre ambos.
Ventajas y desventajas de los platos acrílicos
Los platos acrílicos son los más económicos del mercado, pero también los más frágiles siendo esta su principal desventaja. Están fabricados con una lámina de acrílico reforzada. Esto hace que sean ligeros pero que se desgasten más y sean más propensos a los rayones.
Entre sus principales características destacan como ventajas:
Son fáciles de instalar y transportar, gracias a su poco peso.
Son cálidos al tacto y no transmiten el frío del suelo.
Tienen un acabado liso y brillante, que da sensación de limpieza e higiene.
Cuentan con una amplia variedad de formas y colores, aunque no tanto como los platos de resina.
Tienen un precio muy asequible, desde 50 euros hasta 200 euros según el tamaño y la marca.
Ventajas y desventajas de los platos de resina
Los platos de resina son los más modernos y demandados del mercado, gracias a sus múltiples ventajas. Están fabricados con resinas minerales mezcladas con pigmentos naturales, lo que les permite ofrecer una amplia variedad de colores y acabados.
Entre sus ventajas principales destacamos:
Son muy sólidos y robustos, ya que tienen un grosor uniforme y no se deforman ni se agrietan con facilidad.
Son muy fáciles de limpiar y mantener, ya que tienen una superficie lisa y sin poros, que evita la acumulación de bacterias y suciedad.
Entre sus desventajas debes saber que:
Son más pesados y difíciles de instalar que los platos acrílicos.
Son más caros, su precio puede oscilar en torno a los 200 euros y ascender hasta los 500.
Si se exponen a la luz solar o no se usan productos adecuados pueden perder brillo o color con el tiempo.
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